Múltiples paredes de vidrio dan a este moderno espacio un aspecto de cubos en movimiento, evocando el flujo del río que puede ser disfrutado desde su amplia terraza

Escribe Alejandro Celedón Mendoza
Fotografía: Adrien Williams & Gorgin S. Fazli

La integración de un cálido hogar y un jardín compartido en un rascacielo urbano, a través de cubos prefabricados, fue un concepto revolucionario que hizo repensar el concepto de los edificios de apartamentos en 1967. El responsable fue el israelí–canadiense Moshe Safdie con su edificio Moshe Safdie Habitat 67, considerado un icono que ha inspirado la arquitectura.

Este edificio de apartamentos integrados, ubicado en la ciudad de Montreal, Canadá, fue diseñado por este arquitecto para su tesis doctoral en Arquitectura en la Universidad McGill. La edificación está integrada por 354 encofrados de hormigón prefabricados idénticos, dispuestos en diferentes combinaciones que alcanzan hasta 12 plantas de altura. Juntas, estas unidades crean 146 residencias de diferentes tamaños y configuraciones. El complejo contenía originalmente 158 viviendas, al unirse varias para crear unidades mayores su número se ha reducido. Si bien cada apartamento tiene un diseño one-of-a-kind, comparten con el contiguo una terraza-jardín que ofrece una vista espectacular de la ciudad y el río San Lorenzo.

Apartamento-H67-(1)
La labor de la firma de arquitectos Studio Practice fue restaurar una unidad que había sido remodelado muchas veces en el pasado, con muchos de sus ventanales obstruidos por tabiques interiores. Como resultado de ello, el reto principal no solo fue recuperar las vistas panorámicas para optimizar la distribución de la luz en todo el apartamento, sino también mantener la privacidad en los espacios interiores, necesarios para una vida cómoda.

Apartamento-H67-(12)
El diseño funcional y minimalista del espacio abierto se obtuvo mediante la eliminación de todas las paredes internas. A continuación, se empleó vidrio en las paredes de hormigón originales para lograr transparencia y amplitud. Con estos cambios el apartamento da la impresión de ser parte de una serie de cubos en movimiento, evocando el flujo del río que corre justo al lado de esta versión moderna de los jardines colgantes.

Para otorgarle mayor amplitud y calidez el tono seleccionado para las paredes fue el blanco, acompañado por un beige uniforme en el piso y otro de aspecto marmoleado para el techo, y gris para las escaleras. Esto dio como resultado una sensación de único ambiente. El mobiliario se remite a lo justo y necesario con piezas minimalistas, de líneas simples y fluidas.

Apartamento-H67-(5)
El tono amarillo intenso, combinado con negro, empleado en la cocina rompe con la monocromía casi existente. Un cubo de vidrios oscuros delimita parte del baño.

Una amplia terraza completa el apartamento. El piso de madera en láminas y un mobiliario que se ajusta fácilmente a los requerimientos de quien lo use, invitan a disfrutar de un espacio que invita a la relajación y la contemplación.

www.studiopractice.ca

Deja una respuesta