Se considera que la primera princesa de Gales fue Juana, quien además era condesa de Kent, V baronesa Wake de Liddel y su historia se ubica por los años del 1.300. Madre de Ricardo II, se enfrentó a momentos duros, como el que su hijo, el rey, ordenase la ejecución de uno de sus hermanos.
Catalina de Aragón también fue princesa de Gales porque en su primer matrimonio tuvo como esposo a Arturo Tudor, príncipe de Gales, hijo y heredero de Enrique VII. El matrimonio duró cinco meses porque Arturo murió antes de ser rey. Pero el destino le tenía reservado la corona de reina consorte de Inglaterra que se ciñó al casarse con su cuñado, Enrique VIII, pero le esperaba un amargo camino al ser repudiada por su esposo.
Catalina, hija de los reyes católicos, se considera una mujer diferente, incluso podría definirse como innovadora, algo que se observa en posteriores princesas de Gales.
Otra princesa de Gales fue Carolina de Brandeburgo-Ansbach, quien contrajo matrimonio con Jorge Augusto de Brunswick-Luneburgo, aunque podría haberse convertido en reina de España, pero rechazó este plan por ser una mujer de convicciones, no pensaba renunciar al protestantismo.
Cuando murió la reina Ana de Gran Bretaña, su primo George Ludwig von Hannover, se convirtió en Jorge I de Gran Bretaña y el hijo de éste recibió el título de príncipe de Gales, por lo que Carolina, gracias a su matrimonio se convirtió en princesa de Gales. La historia la dibuja más inteligente que su marido, lo que generó celos y su labor trascendió a su infertilidad.
Dejó pruebas de su inteligencia y de ser una mujer vanguardista, que se relacionó con intelectuales, entre ellos, Isaac Newton. Carolina murió joven, a los 58 años, a causa de una hernia. Ya era reina de Inglaterra y dejó un profundo recuerdo.
Pero no todas las princesas de Gales se han convertido en reina. Un ejemplo de ello es Augusta de Sajonia-Gotha-Altenburgo. La razón fue el fallecimiento de su esposo, el príncipe Federico, heredero de Jorge II.
Le correspondió vivir en un ambiente marcado por las intrigas y por las desavenencias entre su esposo y los padres de éste, que eran los reyes. Quedó viuda, con ocho hijos y esperando el noveno que fue hijo póstumo de Federico, príncipe de Gales.
Fue regente de su hijo mayor, Jorge, heredero al trono. La prensa la satirizaba y crió a sus hijos en cierto aislamiento. Princesa de Gales y viuda, murió a los 52 años de cáncer en la garganta.
Carolina de Brunswick-Wolfenbüttel era prima de George Augustus Frederick, príncipe de Gales. El matrimonio fue un verdadero desastre. Solo tuvieron una hija, Carlota Augusta de Gales.



Expulsada del país, regresó cuando se enteró que su marido sería coronado como Jorge IV, quien intentó por todos los medios evitar que fuera reconocida como reina consorte. No consiguió, aunque no pudo evitar que entrara a la Abadía de Westminster, donde tuvo lugar la coronación. A los pocos días cayó enferma y murió a los 53 años. Las causas nunca se supieron.
Y desde Dinamarca llegó la princesa Alexandra, quien se casó con Alberto Eduardo, hijo mayor de la reina Victoria. A ella le correspondió ser princesa de Gales desde su matrimonio en 1863 hasta 1901.
Alexandra marcó época por su popularidad. Al igual que Diana de Gales, fijó su interés en apoyar obras de caridad. Su estilo elegante la convirtió en una verdadera influencer de la moda, que no sólo imitaban las británicas sino del resto de Europa y Estados Unidos.
Sus embarazos fueron complicados, incluso, el de su tercer hijo la dejó coja, su último hijo falleció con apenas un día de nacido, lo que originó roces con la prensa porque mientras ella deseaba privacidad, su suegra, la reina Victoria anunció un período de luto y surgieron teorías falsas que hablaban de un aborto. También perdió a su hijo mayor Alberto Víctor, Duque de Clarence y Avondale, cuando éste contaba con 28 años, lo que la sumió en la tristeza.
Las infidelidades de su esposo Eduardo VII fueron muchas, entre sus amantes más conocidas estuvo Alice Keppel, bisabuela de la reina Camilla. Una vez coronados como reyes de Inglaterra las aventuras extramatrimoniales continuaron.
Alexandra perdió el sentido del oído cuando sus hijos estaban todavía pequeños. Murió por un infarto, siendo reina madre a los 80 años.
Por su forma de actuar y de relacionarse con los demás podría catalogarse como una antecesora de Diana.
Otra destinada a ser reina fue María de Teck, comprometida primero con el príncipe Alberto Víctor de Clarence, éste falleció repentinamente. Al año siguiente se anunció que se casaría con el hermano menor de Alberto, el entonces heredero Jorge. Antes de subir al trono fue duquesa de York, luego duquesa de Cornualles y, por último, princesa de Gales, antes de ser reina consorte.
Actuó como princesa de Gales, desde 1901 hasta 1910, cuando falleció su suegro y su esposo es coronado rey de Gran Bretaña. También viajó por Europa y Asia, en representación del rey.
Por su educación conservadora fue una princesa de Gales menos dinámica, Algunos de sus historiadores la definen como fría, las joyas eran una de sus pasiones. Su hijo Eduardo VIII, después de su abdicación duque de Windsor, la definía como estricta y exigente. Murió a los 80 años.
Hacia finales del siglo XX una nueva princesa de Gales es revestida con ese título, Diana Spencer, en el mismo momento de su matrimonio y hasta su muerte. Ha sido la más popular, considerada la responsable de importantes cambios en la corona. Su labor filantrópica la proyectó en el mundo como el miembro de la familia real más cercano a la gente. Su popularidad la convirtió en una de las mujeres más famosas de su época, siendo una referencia de la moda y su muerte temprana e inesperada le dio categoría de mito del siglo XX.
La actual princesa de Gales es Catherina Middleton, título al que accede por estar casada con el príncipe William, quien fue nombrado príncipe de Gales en septiembre de 2022, dos días después de la muerte de la reina Isabel II. En ese mismo momento la princesa Kate también lo recibe.
La esposa del futuro rey es la única que no era miembro de la aristocracia británica, sin embargo, su familia si ha estado cerca de la familia real. Su abuelo, Peter Middleton era oficial de la Royal Air Force y llegó a pilotear junto al príncipe Felipe y lo acompañó en el viaje que el esposo de Isabel II hizo a Latinoamérica donde incluyó a Venezuela.
Kate en múltiples ocasiones ha sido comparada con su suegra, pero resulta a veces injusto ya que la futura reina es una mujer de su tiempo, con una mejor preparación académica que sus antecesoras, posee una licenciatura en Historia del Arte y sabe lo que significa trabajar para ascender. El ejemplo lo tiene en sus padres, quienes han logrado una familia unida, donde las intrigas palaciegas no llegan a penetrar.
A los 42 años, en la cima de la popularidad, la sorprende un cáncer, que la retira temporalmente de sus funciones. Lo vivido por Diana con la prensa ha llevado a la princesa de Gales mantener una prudencial distancia con los medios para preservar su intimidad.