Escribe GABRIELA RAMIREZ
Fotografía GETTY IMAGES
La década de los 80 dio a luz a dos fuertes mujeres con mucho más en común que la generación a la que pertenecen. Ambas crecieron rodeadas del complejo mundo político y bajo la rigurosa lupa de la opinión pública por pertenecer a familias de alto perfil. Inteligentes, astutas, mujeres que asumen riesgos, empresarias, emprendedores y madres. Sus agendas llenas de compromisos nos hablan de las agitadas exigentes rutinas de trabajo de ellas, mujeres incansables.
Ivanka Trump
No es simplemente una mujer con suerte –aunque eso se pudiera pensar por tratarse de la hija de uno de los hombres más ricos del mundo-. Con 34 años Ivanka Trump es mucho más que la hija favorita del candidato a la presidencia de los EEUU. Una rubia elegante, sobria, segura de sí misma, con una sonrisa perfecta, y sin lugar a dudas, una de las mujeres más admiradas por esta generación.
Su astucia y carácter la han convertido en una máquina de acumular éxitos. No se trata solamente de que lidere los principales negocios de la empresa familiar, Organización Trump, sino que la neoyorquina ha forjado su camino a base de su trabajo individual y mucho esfuerzo.
Ivanka es una modelo, empresaria, madre, esposa y más recientemente una de las figuras más relevantes en el camino a la Casa Blanca de su padre. Más impresionante todavía es que cualquiera sea la cara por donde se le aprecie conserva una imagen transparente.
Chelsea Clinton
Con su melena de rizos indomables creció como una privilegiada adolescente en la Casa Presidencial. Desde temprana edad se caracterizó por ser una joven sencilla, buena estudiante y firme ante situaciones serias como lo fue el escandaloso amorío de su padre, Bill Clinton, con una joven de 22 años.
Hoy a sus 36 años, la Casa Blanca está muy lejos de sus aspiraciones pese a que el deseo de sus padres para la única hija de los Clinton es verla en la presidencia.
“Hay muchas formas de servir al país”, aseguró en una entrevista para el programa The Ellen Show. Chelsea prefiere el trabajo comunitario y se ha dedicado a mejorar la vida de mujeres de diferentes lugares del mundo a través de fundaciones benéficas que lidera.
Emprendora, empresaria y periodista. Una mujer que inspira a otros a luchar por sus sueños con todo lo que hace. Desde hace 4 años empezó a ejercer la profesión más importante de su vida: Ser madre. “Soy una mamá trabajadora”, se refiere de sí misma. Aunque su vida está enfocada en el compromiso social, los expertos no descartan que Chelsea continúe la dinastía política de la familia Clinton.
