Guillermo firmó el decreto Gran Ducal delante de su padre Henri y del primer ministro, Luc Frieden. A partir de ese momento, se marcó el traspaso de funciones del gran duque al heredero, quien tomará las riendas del pequeño pero influyente país europeo.
Esa misma tarde el Gran Duque heredero se juramentó ante la Cámara de Diputados, tal como prevé la Constitución. Cabe destacar que el Jefe de Estado continúa siendo Henri, solo que ahora delegará determinadas tareas en su Lugarteniente-Representante, aunque las decisiones que adopte Guillermo mientras ejerza este nuevo cargo tendrán el mismo efecto y gozarán del mismo rango jurídico que si las adoptara el gran duque Henri, así lo informó la Casa Real de Luxemburgo en un comunicado.
La ceremonia no revistió carácter privado, sin embargo, la asistencia se vio limitada por el espacio disponible. Quienes desearon estar presentes tuvieron que inscribirse previamente.
En junio de 2024 el gran duque Henri, quien ascendió al trono el 7 de octubre de 2000, sorprendió a todos con este anuncio que supone un primer paso hacia su retirada progresiva. En ese momento, señaló que había sido una decisión conversada con su esposa María Teresa de Luxemburgo, su hijo Guillermo y la esposa de éste, Stephanie. También manifestó la confianza depositada en su hijo, quien representa el futuro.
La modificación institucional no indica que la abdicación sea inmediata, podría tardarse hasta tres años. Otro punto que podría respaldar esa suposición es que, en octubre de 2025, la actual pareja gran ducal celebrará sus bodas de plata en el trono.


Un gran duque unificador
La labor de Henri como Jefe de Estado puede calificarse de unificadora, porque siempre ha apelado al entendimiento. Su interés se ha centrado en los problemas humanitarios y sociales, labor que ha encontrado eco en su esposa, María Teresa. Temas como los derechos humanos, la educación y la salud siempre han estado en su agenda.
Henri es el hijo mayor de Juan y Josefina Carlota, quienes estuvieron en el trono durante 36 años. Las relaciones de María Teresa con su suegra siempre estuvieron marcadas por la distancia, porque Josefina Carlota aspiraba que su hijo contrajera nupcias con una europea y la aspirante era una cubana sin ningún abolengo, aunque su familia era una de las más ricas de Cuba.
Uno de los malos momentos del Gran Ducado los protagonizó la propia María Teresa. Después que varios empleados abandonaran el palacio, se realizó una investigación que dio como resultado que la gran duquesa presentaba un carácter despótico y había originado un clima de terror. María Teresa negó tales acusaciones. A los 68 años continuará en sus labores humanitarias, enfocadas en la lucha contra la violencia sexual originada por los conflictos bélicos. La gran duquesa es patrona del Comité luxemburgués para UNICEF y embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO.
La nueva generación
Su nombre completo es Guillermo Juan José María. Es el primogénito de Henri y María Teresa. A los 42 años asume parte de las funciones propias de un gran duque. Con una educación esmerada que inició en su país y luego la completo entre Francia y Suiza. Los conocimientos militares los adquirió en la prestigiosa academia británica de Sandhurst.
En cuanto a su linaje, está vinculado consanguíneamente con las casas reales de España, Países Bajos, Bélgica y Suecia. La música es una indispensable en su vida. Toca el violín y la guitarra, lo que podría suponer que lo cultural continuará siendo una prioridad en el Gran Ducado de Luxemburgo.
En el trono estará acompañado de su esposa Stéphanie de Lannoy, una aristócrata belga con la que tiene dos hijos, Carlos y François. Entre las materias preferidas se encuentra la historia, pasión que comparte con el tenis, la natación y el esquí. También ha manifestado su compromiso con actividades económicas y con tareas orientadas a la inserción de personas con discapacidad en la sociedad.


ESCRIBE: Mayte Navarro @mainav