Desde el siglo XX existen dos casas de moda que son el epítome de la alta costura en París: Chanel y Christian Dior, que temporada tras temporada, le ofrecen a los editores, compradores y clientes, las piezas más exquisitas de sus ateliers
Escribe José Ricardo Rojas
Fotografía Getty Images
Entre el domingo 3 y el miércoles 6 de julio, fueron las presentaciones de Alta Costura en París, donde varios diseñadores y casas presentaron sus piezas para la temporada otoño-invierno. Dos de las más icónicas, Dior y Chanel, lo hicieron el lunes y el martes de esta semana, respectivamente.
Primero fue Dior, que presentó su colección en los salones de su base de operaciones de alta costura y talleres, en París, en el número 30 de la Avenue Montaigne. La Maison, que desde octubre del año pasado estuvo a cargo de Serge Ruffieux y Lucie Meier, tras la renuncia del antiguo director creativo, Raf Simons, presentó una colección enteramente en blanco y negro, que estuvo basada en el New Look (falda amplia de largo 3/4 y chaqueta ceñida) que creó Monsieur Dior en 1947.
El principal objetivo de esta, era mostrar el trabajo de los talleres y del atelier, consistió en vestidos de falda amplia, talleres perfectamente entallados. Varios de los vestidos estaban adornados con bordados de flores y plumas alrededor de ellos. Las chaquetas eran ceñidas, y varios vestidos abrazaban la figura de las modelos.
Ninguna de ellas desfiló en tacones, ya que usaron sandalias abiertas en vez de estos, algo totalmente nuevo para la casa. Ruffieux y Meier se despidieron así de su puesto como diseñadores interinos, ya que el viernes Dior anunció que Maria Grazia Chiuri (antigua co-cabeza de Valentino) será la nueva directora creativa de la casa.
Chanel, por su parte, presentó su colección para la temporada el día martes en el Grand Palais de París. Los invitados al desfile pudieron presenciar cómo funciona un atelier de alta costura, ya que Karl Lagerfeld transformó el gigantesco recinto en un taller de inigualables proporciones, con las costureras de la maison como parte del escenario.
Lagerfeld creó una colección de 72 piezas de exquisito acabado. Comenzó con los trajes de tweed, icónicos de la casa desde que fue fundada por Mademoiselle Coco. Varias de las piezas estaban adornadas con lentejuelas y bordados preciosos. Luego de los trajes, desfilaron por la pasarela vestidos bordados por completo, con lentejuelas, plumas, pedrería y perlas. El último look fue un traje de novia en color albaricoque, con chaqueta de tweed y cola totalmente adornada. Todas las modelos tenían moños de bucles altos, guantes sin dedo largos y botas largas de gamuza negra.