En respuesta al calentamiento global y en procura de un mejor manejo de los recursos del planeta, es posible la construcción de oficinas sustentables que promueven una nueva manera de trabajar

Escribe Arquitecto Jesús E. Tineo G. / @absolutedu
Fotografía Cortesía Modusistemas y Vepica

Así como podemos aplicar en el hogar normas para un ahorro energético o hídrico, también podemos tener un manual para el uso de estos recursos dentro de la oficina, lo que llevará a una transformación del estilo de vida corporativo. Las acciones pueden ser infinitas: desde el acostumbrado “imprimir solo si es necesario”, cambios para un mayor aprovechamiento de la luz, utilizar productos de limpieza ecológicos, reutilizar el papel impreso, y hasta un mobiliario amigable con el medio ambiente.

Mobiliario eficiente
En el mercado nacional existen opciones de mobiliario que además de tener los requerimientos ergonómicos, son amigables con el ambiente. En el caso específico de las sillas, se busca que sean ajustables y con mecanismos que ayuden no solo a una mejor postura sino que resulten beneficiosas para la salud del usuario. La silla Aeron de Herman Miller, distribuida en Venezuela por Modusistema, está diseñada por Bill Stumpf y Don Chadwick; considerada como un ícono de la oficina del siglo XXI, es de las primeras en el mundo cuyas telas y espumas preformadas fueron sustituidas por mallas para que la distribución del peso y la ventilación del usuario optimicen las horas de trabajo. Adicionalmente, el 94% de su material es reciclable. La evolución de sus productos ha sido tal, que hoy día cuentan con otras opciones, como la silla Celle, ganadora del premio «Innovation» (Innovación) a lo mejor de NeoCon en el 2005, siendo reciclable en un 99%.

Edificios en onda eco
En Latinoamérica los proyectos LEED “Leadership in Energy and Environmental Design” (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) han estado en gran crecimiento; para la fecha estamos hablando de aproximadamente unos 700 proyectos liderados por México, Chile y Colombia, y supervisados por el U.S Green Building Council, quien hace el seguimiento para la certificación en los procesos de construcción “verde”. Estos edificios reducen su impacto al ambiente y promueven un mayor y óptimo uso de la energía, desarrollando espacios más sostenibles y sustentables. Entre los beneficios ambientales se busca mejorar el desempeño del entorno construido en áreas de mucho impacto, incluyendo un menor consumo de energía, reducción en la emisión de gases con efecto invernadero y una baba en la generación de escombros de construcción y reducción en el uso de nuevos materiales por reciclaje y reutilización.

Vepica, un edificio 100% LEED
En nuestro país solo hay dos edificios con certificaciones LEED, uno en Caracas y otro, en proceso, en Margarita. El primero sirve como sede a la empresa Vepica; se trata de un inmueble de aproximadamente 12.000 mts2 ubicado en el sureste de la ciudad, cuyo proceso de remodelación y construcción recuperó una estructura que estaba subutilizada. Para lograr esta distinción pasó por las más arduas evaluaciones; la reutilización del material fue primordial para cada uno de los pasos, desde la obra civil hasta la reconfiguración y replanteo de puestos de trabajo, cuidando el material a utilizar en laminados y telas. La edificación cuenta con espacios mucho más amigables para sus ocupantes, con un mayor aprovechamiento de la luz, más abiertos, transparentes y flexibles, lo que promueve la comunicación.

Se utilizaron criterios de colores corporativos para crear identidad a través de un revestimiento de vidrio laqueado (núcleos centrales, hall de ascensores y lobby), combinado con el diseño de las alfombras que se basó en pixeles de color mezclados con un lienzo gris y trazas cobalto. Además, cuenta con la instalación de unos 195 paneles solares, uno de los más grandes de Venezuela, que en enero de este año cumplieron dos años y ha representado un ahorro equivalente al consumo eléctrico de ocho casas durante ese tiempo. También presentan una reducción del 80% en el uso del agua y las tecnologías más innovadoras para el tratamiento de las residuales, que incluyen tanques colectores de lluvia.

El planeta nos está hablando, el calentamiento global se ve reflejado en muchísimos eventos que suceden a diario y es el ser humano el único responsable de su acción ante los recursos no renovables. Definitivamente la educación ambiental es fundamental para crear conciencia. Es un camino largo por recorrer, pero no imposible. Debemos educar, hacer y construir para lograr un aporte a la sociedad y al planeta. Así podremos ser en el futuro ejemplo de ahorro de energía y calidad del ambiente, promoviendo una nueva manera de trabajar y vivir.

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Arq. Jesús E. Tineo G.
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