Con la Ciudad de la luz como fuente de inspiración, esta inquieta apasionada por el arte dio vida a una línea de cosméticos: Ollé né à Paris, concebida bajo la filosofía de belleza con alma

Escribe Alejandro Celedón Mendoza / @alejoceledon
Fotografía Cortesía Distribuidora Macosarto

Desde el año pasado las mujeres venezolanas cuentan con Ollé né à Paris, una nueva línea de belleza que bajo el respaldo de Macosarto, empresa familiar con más de medio siglo dedicada al mundo de la cosmética, brinda alrededor de 250 productos desarrollados para satisfacer necesidades específicas de belleza.

La línea de maquillaje ofrece fórmulas innovadoras que brindan beneficios para la piel, texturas aterciopeladas, y acabados de larga duración; los perfumes destacan por sus notas olfativas y envases diseñados para transmitir sofisticación; mientras que los tratamientos para el cuidado de la piel son elaborados con los ingredientes activos más eficaces para nutrirla y retrasar su proceso de envejecimiento.

La mente creativa tras esta nueva propuesta es Gloria de Ollé, una amante del arte y la belleza en todas sus manifestaciones; a quien siempre le apasionó el mundo de la cosmética por su poder de transformación: “Me fascinaba la idea de que a través de un cambio físico se lograra un efecto psicológico positivo que hiciera a las mujeres más felices”, expone. Tras varios años de trabajo y de la mano de un equipo de expertos, nace esta marca como un homenaje a su suegra, Irene Curiel de Ollé, quien nació en París, ciudad que le sirvió de inspiración.

¿Cómo nace la idea de desarrollar la marca Ollé né à Paris?

Durante los últimos diez años fueron apareciendo ideas sueltas en mi mente que a través del tiempo crearon un mapa conceptual de lo que podía ser una marca de cosméticos. Con la ayuda de expertos en cada una de las áreas involucradas en el proyecto, y el trabajo apasionado de un maravilloso equipo, fuimos capaces de transformar ese mundo teórico en una realidad.

Debe ser apasionante dar vida a una línea de productos de belleza.

Totalmente. Ha sido un ejercicio colectivo de artesanía psicológica y desarrollo científico en el que, como en los talleres de arte del Renacimiento, pusimos toda nuestra capacitación y energía. Hemos creado una marca con un rigor artistotélico unido a una filosofía de belleza con alma. Ollé né à Paris fusiona en su ADN la sensibilidad, la belleza integral del ser humano -de las que ya hablaban los Clásicos- con las innovaciones y tecnologías de punta en el ámbito de la cosmética.

¿En qué se inspiró?

Siempre quise desarrollar una línea para las mujeres inteligentes de este milenio que apreciasen el lujo y el arte. Ollé né à Paris está inspirada en los elementos característicos de la Ciudad de la Luz: el amor, la moda y el clasicismo. La idea para el logo surgió cuando me crucé con un cartel del largometraje París, je t´aime colocado sobre uno de los elementos clásicos del Art Noveau, que me fascinan y que aún forman parte del paisaje urbano de esa ciudad.

¿Qué puede decirnos de los ingredientes empleados?

Siempre buscamos la excelencia; esto nos lleva a fabricar nuestros productos en Europa con la colaboración de las grandes casas del área cosmética que solo emplean ingredientes activos cuya efectividad está amparada por estudios científicos, y, por supuesto, evitando cualquier elemento que resulte perjudicial para la salud.

¿Cuál es su mayor motivación?

Dar felicidad. Si con nuestros productos aportamos, aunque sea un poco, de felicidad a nuestras consumidoras, ya estaremos inmensamente gratificados porque eso significa que les estamos brindando bienestar, y esa fue la intención inicial de este proyecto.

¿Qué los motiva a seguir invirtiendo en Venezuela?

El talento de muchas personas trabajadoras que luchan por mantener en este país la creatividad, que se esfuerzan por dar lo mejor; y, claro está, la belleza tanto exterior como interior de su gente maravillosa.